
El poder del no es una de las habilidades más valiosas que podemos desarrollar, tanto en nuestra vida personal como en la profesional. Desde mi experiencia como alejandro salinas psicólogo, acompaño a muchas personas que llegan a consulta sintiéndose desbordadas, sin energía, atrapadas en compromisos que no desean o relaciones que les desgastan. La raíz común de muchas de estas situaciones es la dificultad para poner límites.
Decir “no” no significa rechazar al otro. Significa priorizarse, cuidarse y elegir conscientemente dónde queremos estar. Y sí, al principio puede generar culpa, miedo o incomodidad. Pero con el acompañamiento adecuado, aprender a poner límites puede transformar profundamente nuestra vida.
¿Por qué nos cuesta tanto decir no?
Desde pequeños, a muchas personas se les ha enseñado que decir “no” es ser egoísta, maleducado o desconsiderado. Como consecuencia, crecemos con la creencia de que debemos complacer a los demás, incluso a costa de nuestro propio bienestar.
En consulta, como alejandro salinas psicólogo, veo cómo estas creencias limitantes condicionan decisiones importantes: aceptar más trabajo del que podemos manejar, mantener relaciones tóxicas o postergar nuestros propios proyectos. Y aunque al principio puede parecer que estamos “haciendo lo correcto”, lo cierto es que vivir sin límites claros nos desconecta de nuestras necesidades y agota nuestro bienestar emocional.
Poner límites no es alejarse: es cuidarse
Establecer límites es un acto de autocuidado. Es una forma de decirnos a nosotros mismos: “yo también importo”. Y cuando aprendemos a hacerlo de manera asertiva y desde el respeto, nuestras relaciones también mejoran.
Poner límites no significa gritar, discutir o romper vínculos. Significa hablar desde la honestidad, expresar nuestras necesidades con claridad y sostener nuestra decisión, aunque no sea del agrado del otro.
En mi trabajo en terapia psicológica, muchas personas descubren por primera vez que pueden decir “no” sin sentirse culpables, y que su valor como personas no depende de lo que hacen por los demás, sino de quiénes son.
Cómo empezar a poner límites sin culpa
No se trata de cambiar de un día para otro, sino de ir incorporando pequeños cambios que nos ayuden a tomar decisiones más alineadas con quienes somos. Aquí te comparto algunos pasos que trabajo habitualmente en consulta:
- Reconoce tus necesidades. ¿Qué estás sintiendo? ¿Qué necesitas realmente? Si no sabes qué te pasa, será difícil comunicarlo.
- Escucha tus emociones. La incomodidad, el agobio o la ansiedad son señales de que algo necesita atención.
- Practica frases asertivas. “Gracias, pero ahora no puedo”; “Necesito pensarlo con calma”; “Prefiero no comprometerme con eso”.
- Acepta que no puedes con todo. No decir “sí” a todo es también una forma de decir “sí” a ti.
Estos pasos no son mágicos, pero sí son un comienzo. Y no tienes por qué hacerlo solo o sola. Si te cuesta poner límites, o si te sientes atrapado/a en una dinámica que te desgasta, es posible que necesites acompañamiento profesional.
En mi espacio de terapia psicológica online y presencial en Granada, encontrarás un lugar seguro para explorar estas dificultades, fortalecer tu autoestima y aprender herramientas que te permitan vivir de forma más libre y auténtica.
Recuperar tu poder personal
Lo que más me emociona de este proceso es ver cómo las personas recuperan su poder. Empiezan a elegir desde el deseo, no desde la obligación. Aprenden a decir “no” sin justificar cada palabra, y descubren que el mundo no se derrumba cuando se priorizan. Al contrario: sus relaciones se vuelven más sanas y auténticas.
Como alejandro salinas psicólogo, me comprometo cada día con crear un espacio donde puedas escucharte, validarte y tomar decisiones que te hagan sentir en paz contigo.
Si sientes que necesitas acompañamiento para aprender a poner límites en tu vida, estaré encantado de ayudarte.