
La libido es una parte fundamental de nuestra sexualidad y, como cualquier otro aspecto de nuestra vida, experimenta fluctuaciones a lo largo del tiempo. A lo largo de mi experiencia en terapia sexológica, he visto cómo muchas personas llegan a consulta preocupadas porque su deseo sexual ha cambiado, ya sea por una disminución inesperada o por sentir que su pareja tiene una libido diferente a la suya.
Si alguna vez has sentido que tu deseo sexual no es el mismo que antes o que fluctúa sin razón aparente, quiero que sepas que esto es completamente normal. En la terapia sexológica, trabajamos para entender qué factores pueden estar influyendo en la libido y cómo podemos gestionarlos de manera saludable.
¿Qué es la libido y por qué cambia?
La libido es el deseo o impulso sexual que sentimos y puede verse afectada por múltiples factores. A menudo, tendemos a pensar en la libido como algo fijo, pero la realidad es que fluctúa a lo largo de la vida y está influenciada por aspectos tanto físicos como emocionales.
Algunas de las causas más comunes de los cambios en la libido incluyen:
- Factores hormonales: los niveles de testosterona, estrógenos y otras hormonas sexuales pueden influir en el deseo sexual. Esto es especialmente notable en etapas como la adolescencia, el embarazo, el posparto o la menopausia.
- Estrés y ansiedad: la preocupación constante, la sobrecarga laboral o los problemas emocionales pueden reducir significativamente la libido.
- Cansancio y agotamiento: la falta de descanso y el ritmo de vida acelerado pueden hacer que el deseo sexual disminuya.
- Factores relacionales: la calidad de la relación de pareja influye directamente en la libido. Los conflictos no resueltos, la rutina o la falta de comunicación pueden afectar el deseo sexual.
- Autoimagen y autoestima: sentirse bien con el propio cuerpo y la propia sexualidad es clave para experimentar deseo. Problemas de autoestima pueden hacer que la libido se reduzca.
- Consumo de ciertos medicamentos: algunos fármacos, como los antidepresivos o los anticonceptivos hormonales, pueden afectar el deseo sexual.
- Cambios vitales y emocionales: situaciones como el nacimiento de un hijo, la pérdida de un ser querido o cualquier otra transición importante pueden influir en la libido.
Es importante recordar que no hay un nivel de libido “correcto” o “normal”, ya que cada persona tiene su propio ritmo y variaciones en el deseo sexual.
Cómo la terapia sexológica puede ayudarte a comprender tu libido
Si sientes que tu deseo sexual ha cambiado y esto te genera preocupación o malestar, la terapia sexológica puede ayudarte a entender qué está pasando y a encontrar maneras de recuperar una relación sana con tu sexualidad.
Algunos de los aspectos en los que trabajamos en terapia incluyen:
- Exploración de las causas del cambio en la libido: identificar si hay factores emocionales, físicos o relacionales que puedan estar influyendo.
- Trabajo en la autoimagen y la relación con el propio cuerpo: muchas veces, la libido está ligada a cómo nos sentimos con nosotros mismos.
- Mejora de la comunicación en pareja: aprender a expresar los deseos, necesidades y preocupaciones en la relación sexual es clave para mantener una conexión saludable.
- Redescubrimiento del placer: en terapia, exploramos formas de reconectar con el deseo a través del autoconocimiento y la exploración sensorial.
- Técnicas para reducir el estrés y la ansiedad: aprender a gestionar las preocupaciones cotidianas puede ayudar a mejorar la respuesta sexual.
Consejos para mejorar la libido y el bienestar sexual
Además del trabajo en terapia, hay algunas estrategias que pueden ayudar a mejorar la conexión con el deseo sexual:
- Prioriza el descanso y la relajación: dormir bien y reducir el estrés pueden tener un impacto positivo en la libido.
- Fomenta el contacto físico sin presión: la intimidad no se trata solo de sexo; el afecto y la conexión emocional también son fundamentales.
- Explora nuevas formas de intimidad: salir de la rutina y descubrir nuevas maneras de disfrutar la sexualidad puede reavivar el deseo.
- Mejora la comunicación con tu pareja: hablar sobre expectativas, deseos y necesidades puede ayudar a reducir la ansiedad en la relación sexual.
- Cuida tu bienestar emocional y físico: una alimentación equilibrada, el ejercicio y la salud emocional influyen en la libido.
Si bien estos consejos pueden ser útiles, cada persona es diferente, y lo que funciona para unos puede no ser adecuado para otros. Es por eso que la terapia sexológica es un espacio personalizado para explorar qué estrategias pueden ser más efectivas en cada caso.
Un espacio para entender y mejorar tu sexualidad
Si sientes que tu libido ha cambiado y esto está afectando tu bienestar o tu relación de pareja, quiero que sepas que puedes trabajarlo sin miedo ni vergüenza. La terapia sexológica es un espacio donde podemos explorar juntos qué está influyendo en tu deseo sexual y cómo puedes recuperar una relación plena y satisfactoria con tu sexualidad.
Si quieres más información sobre cómo la terapia puede ayudarte, te invito a visitar mi página web, Alejandro Psicología.